25 septiembre 2008

El juego del teléfono roto

"Es cierto, lo he leído en el periódico"

Leer algo en el periódico o escucharlo en la radio o verlo en la televisión es a menudo suficiente para afimar que es cierto. Las personas confiamos en los documentos (entendidos como información plasmada en un soporte, sea cual sea éste), y más aún si las fuentes son socialmente aceptadas como fiables.

Pues no, no y no. Ni que esté escrito implica que sea cierto, ni que provenga de una fuente socialmente aceptada lo hace ser necesariamente así. El caso que puedo contar es el de los periodistas, por supuesto no todos los periodistas, pero sí algunos, que ponen en palabras de otros cosas que no han dicho, o que las han dicho pero en otro contexto o en otro orden. Y de lo que uno dice a lo que el otro copia y a lo que finalmente se publica puede ir un trecho.

Hace unos meses encontré algunas frases supuestamente dichas por mi (no lo niego, al hablar se dicen muchas cosas y uno espera que el receptor las interprete) en un importante diario, La Vanguardia, a partir de una entrevista que me hicieron, y al leerme me pareció muy raro que de toda una hora de conversación se hubieran rescatado algunas palabras que para mi no estaban dentro de lo más importante ni mucho menos. Siempre agrada salir en los medios ¡pero sería perfecto poder salir diciendo lo que uno quiere transmitir!

Hoy he encontrado por casualidad otras declaraciones mías, esta vez en uno de los diarios más importantes de Chile, El Mercurio (29 de agosto de 2008), con frases entrecomilladas que me hacen pensar que se ha trascrito el texto tal cual lo dije, lástima que quede así, sin mucho contexto. Las marco en verde:

La experta en interacción humano-computador Mari Carmen Marcos, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, señala que progresivamente se complica la capacidad de mantener la atención de jóvenes acostumbrados a manejar varios estímulos a la vez. "Los alumnos no van a dejar de llevar su forma de vida, vamos a tener que adaptar la enseñanza. Mediante el Espacio Europeo de Educación Superior se trabaja por disminuir las clases magistrales por clases participativas".

La especialista, invitada a Chile por DuocUC a un seminario sobre el tema, dice que este cambio ha sido apoyado por aulas virtuales donde la individualidad de los alumnos, que frecuentemente portan su computador personal y su celular en clase, se matiza con trabajos grupales en línea mediante colaboraciones en plataforma wiki o documentos de Google.

En este segundo párrafo falta totalmente el contexto. Cuando dije que los alumnos llevan a clase el ordenador me refería a la universidad de Carolina del Norte, no a la Pompeu Fabra, donde todavía es algo poco usual. Cuando dije que llevaban su móvil no estaba descubriendo nada nuevo ¡es lógico que todos llevemos nuestro móvil! El tema salió porque estaba hablando de la relajación que a veces tienen algunos alumnos en clase, que si les suena el teléfono lo contestan como si no molestara a los demás porque para ellos su red social es más importante que la propia clase. Por último, cuando decía que se trabaja con wikis y con documentos de Google estaba haciendo referencia a una asignatura en particular en la que he usado herramientas de trabajo colaborativo, no digo que esta forma de trabajo sea la común hoy en las universidades.

En fin, ya que nunca te dejan ver el artículo antes de publicarlo, estoy pensando que casi es mejor callarse frente a un micrófono... o juguemos al teléfono roto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi somos, pero debes entender que esta falta de formalidad se debe a que desde arriba nos obligan a publicar en un par de horas. Y no podemos ser expertos en todo!

Te entiendo, pero es el sistema que no permite funcionar mejor.

Mari-Carmen Marcos dijo...

Jordi, ya me imagino la presión bajo la que trabajáis... pero creo que es bueno decirlo. No porque siempre haya sido así debe continuar siéndolo.

En los dos ejemplos que he puesto en el post, desde que me hicieron las preguntas hasta que se publicó el artículo pasaron varias semanas. Me hubiera gustado leerlo antes de enviarlo a la rotativa...