El caso concreto que me hace escribir este post es el de Renfe. El próximo sábado Ignacio y yo viajamos en un tren AVE cuyo precio es tan alto como su velocidad, y los servicios que ofrece aparentemente están a la altura. Ignacio tiene una pierna escayolada, así que subir el escalón del tren va a ser muy difícil sin una rampa.
Los problemas comenzaron en el momento en que realicé la compra de los billetes en la página web de renfe. Los enumero:
- Durante el proceso de compra el sistema no permite marcar en ningún momento si algún viajero tiene necesidades especiales (sillita de bebé, silla de ruedas, discapacidad visual...) para poder asignarle un asiento más apropiado a su situación
- Derivado del primer punto, acudo a Atención al Cliente AVE para solicitar una rampa y un asiento donde pueda estirar la pierna (hay asientos con espacio en cada vagón donde se colocan las sillas de ruedas). Me derivan al teléfono de Atención al Discapacitado y me dicen que llame 48 horas antes para hacer la reserva.
- Derivado del segundo punto, llamo a Atención al Discapacitado, y me dicen lo más curioso de todo: "sólo atendemos a discapacitados que tengan un certificado de minusvalía". Para personas con discapacidad temporal, acuda a la oficina de Atención al Cliente y solicitelo allí, que aunque no tienen obligación de atenderle, quizás lo hagan.
Nosotros pensando en cómo hacer los servicios accesibles, cuando ni siquiera la definición de qué es una persona con discapacidad parece entenderse.
Lo que hace a una persona ser discapacitada no es su discapacidad sino el certificado de minusvalía. Hay que ver, y yo sin saberlo...
1 comentario:
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